miércoles, 17 de octubre de 2007

Buenor día, desde el Mateo Alemán. Yo, desde luego, no soy el que era. Todavía tengo una tos perruna del resfriado que veremos a ver. Me parece que llevo toda la vida malo (mi tío dice que lleva toda la vida casado). Con todo, a ver si me pongo las pilas y actualizo un poco el blog, ya que mi compañero se ve que no tiene mucho tiempo: el huerto, regalar pañuelos segovianos, etc.

Este sábado tengo boda (a ver la tos). También viene el Mani, que es ya un clásico de las bodas, porque últimamente no se pierde una, aunque yo sé que le encantan. Llevamos el mismo traje, así que la parodia de Arroyito y Pozorón está asegurada.

El jueves, después del vino blanco en villa Quiquemoto, la madre Teresa de Calcuta, un ángel de la guarda o Elvis (Sin City dixit) apareció por la carretera de Palomares en forma de señales con la larga, de manera que el galán de los pañuelos y yo reculamos por la circunvalación con final feliz, dejando a la guardia chivile con cara de expectación, supongo. No hay excusa. Ni siquiera los porros.

Por último, ya que vuestra bondad os quita la consciencia, tengo que decir que lo de la fiesta era coña. Aunque la verdad es que todas las manitas vienen bien. Si me hacen falta os llamo. Un besazo a todos.

lunes, 8 de octubre de 2007

FIESTA

Queridos amigos, amantes de las fiestas y el cachondeo en general, estáis todos invitados a la fiesta de la limpieza que dentro de poco organizo en mi piso. Los gastos corren de mi cuenta: cerveza, tortilla, papas, pistachitos..y no sólo eso, sino que además, los cacharros de limpieza también los pongo yo; fijarse bien en lo que estoy diciendo: también los pongo yo. Un detalle por mi parte, ahí está el tío. En breve os comunicaré la fecha. No llaméis a muchos colegas, que luego no hay para todos. Un beso.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Una serie de molestias en la garganta es lo único que me diferencia de un mueble de mi casa. Aquí hay algunos muebles con mejor humor que yo. El ventilador de la cocina, por ejemplo; parece que le han dado una gran noticia. Todas las clases de molestias que existen. Trago, y algo punzante; trago otra vez y algo parecido a agujetas en el cuello.
Uno acaba acostumbrándose a la enfermedad. Quién era ese de los viernes por la noche. Mis amigos me llaman, me llamáis, y hablo y no hablo con ellos. Con ustedes. Abandonar la enfermedad será también difícil, porque uno se tapa cada noche con la sábana de la enfermedad, acurrucado, y dará miedo y pereza destaparse y salir ahí otra vez, a pecho descubierto. Y encima Paul Auster. Compro Trilogía de Nueva York, y comienzo a leer una novela de detectives, y ahí está la trampa, porque luego llega Auster y lo que cuenta es la caída de un hombre, y caigo algo también porque no estoy, claro, para muchas caídas. Al menos, su hija está buenísima. Necesito, como veis, el alta pronto. Un beso para Sam, que se le ha muerto su amigo Paco. Y un beso a todos y nos vemos pronto.