Esta ciudad, aún dormida, huele a sexo o mis manos.
Es seguro mis manos.
Yací con la mujer más bella de la tierra.
No hay tambor ni jazmín, no hay estandartes,
cómo pueden los fieles ignorar este hecho,
que vengo derrotado. Soy un Rey, soy un héroe,
cuatro gallos mi único cortejo.