domingo, 20 de julio de 2008

Cuando a veces no hablo tú me hablas.
A pesar de mi gesto, de mi compostura,
no pongas tanto empeño en explicarte:
casi nunca te oigo.
Te conozco del tiempo que no paso contigo,
por eso me despido cuando voy en tu busca.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me ha encantado este poema, pero veo que lo has cortado un pelín...ya no te gusta? voy a tener que buscar el original para leerlo entero, seguro que me lo apuntaste en la servilleta de algún bar...Eres un artista.
Un beso, guapo

Porerror dijo...

Hola, Migue.

Como buen lector de la era digital, hoy mis ojos han mandado a mi cerebro muchos textos para que los procesara: letreros de la calle, millones de frases de distintas páginas webs, un trozo de una novela que me estoy leyendo, varias historietas de El Jueves, los emails nuestros de cada día, una carta del banco, el periódico, carteles indicadores de la carretera, las etiquetas de la comida de hoy... como siempre, es difícil encontrar una aguja en un pajar.

Gracias a ti, entre tanto grano de arena he podido disfrutar de una pepita de oro, la única frase del día de hoy que ha merecido la pena:
"Te conozco del tiempo que no paso contigo".

Te la robo y me la quedo, no sin antes hacerte una reverencia.

Leo dijo...

Ni José Tomás por chicuelinas...
Maestro, me descubro y saco mi pañuelo blanco. Esto si es arrimarse.

Un abrazo poeta.

Anónimo dijo...

NO seré yo quien hable de comer pollas...olé

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todos. Me ponéis coloradillo. Éste es un poema antiguo, como dice Sam, que he limpiado y recortado un poco.

Anónimo dijo...

me ha gustado pasar unos minutos sentada en el escalon principal de mi casa a las tantas donde me resuenan tus palabras en la madrugada... y no encuentraba la luna... y resulta QUE LA TENÍAS TU...

Besos

Seño Ana dijo...

Secundo el comentario de Porerror. Tu frase "Te conozco del tiempo que no paso contigo" dice tantíiiiisimo en ocho palabras...

Impresionante.