jueves, 29 de mayo de 2008

La enfermedad

Este viernes tómese un vino o lo que le apetezca sin remilgos, pida jamón del bueno aunque lo fíe, haga el amor, o inténtelo al menos, llame a su madre y dígale que la quiere, si la quiere. Porque este carpe diem cansino y poco llevadero resulta que es verdad.

Cada día, con todas sus costumbres, es tan fácil caer en el abismo. Ignorarlo es lo único que nos salva. Olvidarlo acaso nos haga perder la perspectiva, mirar desde arriba, calibrar nuestro paso. Cada día, con todas sus costumbres, puede convertirse en uno de esos días “rojos” que tenía Audrey en Desayuno con diamantes. Gregory House dice que vamos siempre en un avión. De ahí esa tranquilidad mentirosa del que va a pie, aquella comodidad del desaliento y la melancolía.

El enfermo, como el enamorado, no viene con nosotros, se va por una acera diferente. La enfermedad nos propone otro sistema. Cuando salí a la calle después de mi última amigdalitis (valiente mariconada) me costaba andar por la calle. Los románticos preferían la tuberculosis a un lunes por la mañana.

Pero hay abismos que no se solucionan con una visita a Tiffanys, augmentine, prozac o ni siquiera el tiempo. Se va a morir un hombre en casi nada. Lo he visto una vez y me pasaba platos de hortiguillas y manzanilla. Tiene ese tabú llamado cáncer. Era, según me han dicho, un hombre bueno.
Háganme caso, tomen algo mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fíjese usted (ya que nos trata como tal, no seré yo quien le tutee) en sus dos últimos post. Y yo quiero enlazarlos, ¿Acaso la muerte no es una certeza?¿no será acaso la más poderosa de todas las certezas?

PD: nunca me gustó jugar a la lotería...

Porerror dijo...

Gracias, Migue, por escribir un post que yo no me atrevía pero que hacía mucha falta. Se le puede dedicar a la memoria de muchas personas. La vida te cambia en dos días, bien se puede ver. Y luego nos indignamos porque pierde el Betis o por estar media hora en un atasco.

Leo dijo...

Migue, te hice caso el viernes y el sábado fui con Celia y con Jesús, nos metimos en una boda y nos tomamos, enfin, tu ya sabes... algunos vinos...
Así que el domingo..., no pudimos ir a misa, ya ves.

Bueno, oye una cosa, me gustaría que me dejases colgar tu poema "Fumo" en mi blog, junto a la foto que tienes en el observatorio de la poesía sevillana. ¿Puedo, venga jo, si, que si, enga illo, joe, enrollate tío...

Anónimo dijo...

Bien hecho lo del viernes. Por supuesto que tienes mi permiso. Tú sabrás lo que haces. Un abrazo. Migue.